domingo, 3 de mayo de 2009

Los toros desde la barrera...


En mi tierra existe una expresión que dice "Es fácil mirar los toros desde la barrera" refiriéndose a presenciar sucesos difíciles y expresar una opinión sin vivirla de cerca. Ahora que estoy lejos me ha tocado "mirar los toros desde la barrera", viendo lo que ocurre alrededor de la epidemia de influenza que aqueja a mi gente.


Más allá de lo duro que esta situación ha golpeado, en términos económicos, agravando todavía más la ya de por sí fuerte crisis económica que se vive - cerrando negocios, deteniendo la actividad productiva, recortando fuerza laboral, etc. - y el ánimo decaído de la gente - en un año terrible, encerrarse a piedra y lodo para evitar el contagio, sabiendo que el empleo está en juego, que la familia está en riesgo, tener que resignarse a esperar - es duro también presenciar cómo se mira a mi pueblo desde fuera.


Una amiga extranjera, estupenda periodista, me comentaba esta mañana que tuvo un "encontronazo" con el embajador de su país, también latinoamericano, por la aparente "discriminación" que ciertas medidas tomadas por su país parecían reflejar. En los Estados Unidos, un locutor de radio fue suspendido indefinidamente, al referirse durante su programa a mis connacionales viajando fuera del país como "criminaliens", posibles portadores del virus. Al llegar a varios aeropuertos en el mundo, mis paisanos se encuentran con miradas desconfiadas, distancias guardadas y preguntas temerosas.


Es lógico que los ojos del mundo miren con recelo, más allá de que esta situación dé oportunidad a algunos cuantos xenofóbicos de externar con furia sus opiniones. Desde el autoexilio puedo sólo decir que "miro los toros desde la barrera" deseando entrar, deseando poder hacer algo, y creo que lo único que me queda es al menos levantar un poco la voz para decir que no hay nada malo con mi gente, que pasa por un momento sumamente difícil, y que no pide nada de nadie, sólo que no se le mire con asco y temor.


Comparto una nota que me encontré esta mañana en el diario, una crónica hecha por una compatriota, Ángeles Mastretta, que narra el escenario para aquéllos que viven fuera y no han podido presenciar las calles vacías y los rostros por doquier con tapabocas.


Un abrazo solidario desde el autoexilio.

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo. Además, no puedo creer que no se hayan tomado las mismas medidas contra Estados Unidos (que BTW, tiene 2/3 partes de la cantidad de casos confirmados de A/H1N1 que existen en México). El trato de China…indignante.

    Recientemente escuché a un periodista decir “Vivimos en un mundo cada vez más rápido y de memoria muy corta. En poco tiempo México volverá a ser un gran destino turístico”. Eso espero, porque ya estamos viendo el impacto que ha tenido esta situación en la economía del país y la desconfianza de otros mercados.

    Eso si, como mexicano, espero que no tengamos una memoria corta y pensemos dos veces antes de apoyar a otros países.

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  2. Algo bueno salió de la influenza en México: los registros civiles incrementaron el número de bebés inscritos bajo el nombre de Elmo Quillo.

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