martes, 30 de noviembre de 2010

"Home Office" o "Casa por Cárcel"

Hoy me enfermé y estuve al borde de la muerte. Como los médicos sugieren me quedé en casa haciendo "home office" para evitar propagar virus por todos lados. Una vez más pude constatar por qué hacer lo que se llama "home office" se parece muchísimo, si no es que es lo mismo, a lo que se conoce como "casa por cárcel".

A continuación enlisto 8 aterradoras semejanzas entre uno y otro concepto:

1. La "sala de estudio" se convierte en tu celda. Generalmente ahí está ubicada la computadora con acceso a internet, por lo que es imposible alejarte, salvo que estés dispuesto a perder por un segundo tu conexión con el mundo y, por supuesto, con los pendientes de la oficina.

2. El Blackberry es un auténtico grillete. De ahí el nombre de "blackberry", pues era la bola de metal que le colgaban a los presos en las "patas" a principios de siglo. Hoy, el Blackberry sigue teniéndonos unidos a él como una condena, y alcanza su máxima expresión en el caso del "home office".

3. El "platillo del día" es el "menú presidiario". Si tienes la suerte de que alguien cocine por ti quizá te escapas, pero si estás solo en casa lo más seguro es que sólo tengas tiempo de prepararte un "sanduche" y servirte una gaseosa. No hay tiempo ni para la servilleta (para eso son las mangas).

4. El baño es la única distracción. Si te toca hacer "home office" difícilmente podrás abandonar tu puesto por más de unos minutos, pues toda la gente en la oficina sabrá que estás ahí. Por ello, el baño se convierte en el único justificante para abandonarlo y el cepillo de dientes es tu compañero de celda.

5. La ventana simboliza el anhelo de libertad. Y si la ventana tiene barrotes antiasalto, más todavía. Desde fuera, la gente podrá mirarte sostenido de los barrotes, con nostalgia en la mirada por el mundo que tenías (hasta ayer) y que ahora has perdido (hasta mañana que te sientas mejor).

6. La señora de la limpieza es la guardia custodia. A ella le importa un rábano si estás al borde de la muerte, su misión es cumplir con dejar el lugar limpio, incluyendo los gérmenes que llevas dentro. Por ello te ordena, macana en mano - o escoba, en su defecto - que levantes las 'patas' para que pueda barrer y te tira encima desinfectante para esterilizar el lugar.

7. La pijama es el uniforme de reo. Seamos honestos: si el "home office" es por una enfermedad respiratoria, generalmente nos quedamos en pijama todo el día. Y si la pijama es a rayas... el cuadro es perfecto, sólo hace falta la armónica.

8. Sabes que el destino final es la "silla eléctrica". Bueno, en realidad es la silla de tu lugar en la oficina que te recibirá al día siguiente (si es que ya estás recuperado) con un cúmulo de trabajo pendiente - a pesar de haber adelantado todo lo que pudiste con el internet casero -, listo para darte una "descarga eléctrica" de trabajo represado como castigo por haber faltado un día a la oficina.

2 comentarios:

  1. Excelente analogia mi Guide!
    Me tardé en leer los ultimas crónicas, pero he vuelto, tienes mi total atención y aun soy fan de las aventuras de tu autoexilio.
    =)

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  2. Si yo siempre he dicho que a pesar de las ventajas que representa el home office, en particular para las madres profesionistas independientes con hijos pequeños, esta modalidad es la menos rentable del mundo, más si lo ves desde el punto de vista hora/hombre. Le dedicamos mucho más tiempo a la chamba en la casa, que en la oficina.

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