sábado, 16 de mayo de 2009

Miradas que matan

Influenciado sabiamente por la cultura norteamericana, siempre he intenado seguir la "política del buen vecino"... mi problema es que dentro de esa influencia a veces también me dejo llevar por la "política del garrote".

El apartamento al que da la puerta del mío ha estado vacío desde hace dos meses, pero creo que hoy se está mudando un nuevo vecino. Me di cuenta porque mientras trabajaba, la ventana estaba abierta. Yo, acostumbrado siempre a que nadie me veía, tranquilamente me dispuse a escribir mis crónicas, con las patas subidas sobre la mesa, una cerveza y la peor camiseta de mi distinguido guardarropa.

Estaba concentradísimo en las diatribas filosóficas en las que suelo enfrascarme, cuando siento una incómoda presencia distrayéndome. Estaba solo en el apartamento, así que la presencia maligna venía de fuera... giro la cabeza y me encuentro con la mirada del vecino, inspeccionando mi apartamento a través de mi ventana que no cuenta con cortina.

Reaccioné cordialmente, bajando las patas de la mesa, haciendo el gesto de "salud" con mi cerveza, saludándolo en pleno mood "good neighbor"... el nuevo vecino me devolvió el saludo y yo seguí trabajando, pero ya no pude volver a subir las patas a la mesa, pues tuve que dejar de actuar como como chimpancé.

Mientras trabajaba, no podía dejar de pensar que la ventana no tenía cortina... me volví a mirar una vez más y encontré la mirada del vecino de nuevo. Él se hizo tonto y se volvió a girar. Entonces empecé a sospechar...

Pasaron unos minutos más y giré la cabeza en un movimiento ágil como el de un gato, y descubrí al vecino nuevamente mirando hacia mi apartamento. Entonces fui yo el que bajó la cabeza y empecé a analizar con la sagacidad de felino de caza que me caracteriza: "¿éste tipo será raro?, ¿qué estará mirando?, ¿acaso le causo admiración natural sin siquiera conocerme? eso no sería raro, ya que yo suelo causar admiración sin conocerme, pero... ¿qué tal si lo que quiere es plagiar mis ideas fabulosas decorativas? ¿y si se está fijando qué tipo de tapiz puse en las paredes? ¿y si quiere alcanzar a ver la calidad de los acabados? ¿qué tal que quiere poner justo los mismos picaportes que tengo yo en las puertas? éste méndigo quiere robarme la idea que tengo de poner un tapete de piso al terminar las escaleras que diga "You are here", o mi maravillosa idea de poner una cabeza de alce disecada justo a la salida del baño de visitas...". "¡Maldito!" - pensé para mí mismo.

Desde entonces, cada vez que nos miramos a través de la ventana, arqueo las cejas y él hace lo mismo. Nos miramos por unos segundos, en tono amenazante, como marcando nuestro territorio. Luego seguimos con lo nuestro, pero sé que él no olvida mi mirada que le dice "cuidado, pedazo de estiércol, donde te vea copiando mi idea del alce...".

Tal vez, por accidente, alguien le incendie el apartamento.

5 comentarios:

  1. 1. por pura norma de urbanidad PON CORTINAS... el mundo no tiene por qué ver lo que suceda ahí dentro
    2. ¿estás seguro de que no era un espejo?

    ResponderEliminar
  2. Ah! Entonces tu sabías uqe yo te admiraba desde que pisé la oficina, aún antes de que nos presentaran?

    ResponderEliminar
  3. Te entiendo perfecto. Seguido me pasa en la oficina (que es mi primer hogar) con vista a periférico y sin cortinas. Los automovilistas parece que quieren robarse mis ideas de wallpaper en la laptop (malditos!).

    Además los felicito, creo que siempre será mejor marcar el territorio con miradas en lugar de orinarlo.

    ResponderEliminar
  4. Jajajajaja... me has hecho reír mucho con este post, mi querido cafetero... ¡Qué forma la tuya de escribir!

    ResponderEliminar